Incendios forestales: del batefuegos a las TIC
Han pasado más de sesenta años desde que el Ministerio de Agricultura creara el primer Servicio de Defensa de los Montes contra los incendios forestales. Los efectos siguen siendo devastadores y las causas prácticamente las mismas. Pero aunque el tradicional batefuegos, una herramienta para sofocar las llamas, no ha caído en desuso, hoy contamos con otros medios adicionales que, sin duda, revolucionarán la prevención y extinción: las TIC.
Un poco de historia
El comienzo de la lucha contra los incendios forestales en España se remonta a 1955 con la creación de ese Servicio de Defensa de los Montes que mencionaba dentro de la Dirección General de Montes, Caza y Pesca Fluvial (Ministerio de Agricultura), cuyo primer jefe fue Benito Irigoyen, autor también de la famosa campaña de concienciación “Cuando un monte se quema, algo suyo se quema”.
Los ingenieros españoles, conscientes de la importancia de los datos para la defensa de nuestros montes, inician en 1968 la que sería la base de datos estadísticos sobre incendios forestales más antigua y completa de Europa,germen del futuro big data y clave para prevenir y combatir los incendios.
En ese mismo año se aprueba la primera Ley de Incendios Forestales que, además, es pionera en integrar el uso de las TIC (art. 10): “Las oficinas telefónicas, telegráficas y radiotelegráficas o emisoras de radio deberán transmitir, con carácter de urgencia y gratuitamente, los avisos de incendio forestal que se les cursen, sin otro requisito que la previa identificación de quien los facilite.”
Buenas comunicaciones para ganar tiempo y salvar vidas
Cuando un retén llega a un incendio en el peor momento meteorológico, una mala hora y un lugar desconocido, las comunicaciones pueden ser “vitales”: está en riesgo la seguridad de las personas que conforman el retén, así como las de aquéllas que circulan por carreteras y caminos o que viven en las confluencias del área donde se está produciendo. Guadalajara y Portugal son ejemplos recientes de pérdida de vidas humanas por fallos en las comunicaciones.
El descontrol del fuego tiene como origen el “tiempo”, especialmente en su detección y actuación inicial; tiempo que se mide en minutos: comienzo, detección, comunicación, recepción de la alarma, movilización, llegada, combate y extinción final. Por eso decía en sus clases el que fuera antiguo responsable de repoblaciones de ICONA y profesor de la Universidad Politécnica de Madrid, Alberto Madrigal, que “un incendio debe combatirse en menos de media hora desde que se produce o, de lo contrario, puede irse de las manos”.
Comunicación entre personas intervinientes y afectadas por un incendio forestal
La primera red de emisoras para la detección y la extinción fue desarrollada y coordinada por Fernando Basurco, Pedro Martínez Garrido y Ramón Villaescusa con los ingenieros y agentes forestales de cada provincia.
La aparición de los portátiles posibilitó el empleo de unidades móviles de predicción con datos meteorológicos, programas de simulación gráfica y la consolidación y utilización en todos los ámbitos de la base de datos estadísticos de incendios forestales. Por eso hoy la comunicación de los Centros de Coordinación Operativa en las comunidades autónomas (CECOP) con la zona del incendio se hace a través de las Unidades Móviles de Meteorología y Transmisiones (UMMT) y Unidades Móviles de Mando (UMM).
También se introdujeron nuevos medios electrónicos: cámaras de detección por rayos infrarrojos, cámaras de video desde puestos fijos y desde helicóptero con transmisión de imagen a larga distancia, GPS para localización, acortamiento de los tiempos de llegada, la planimetración de superficies afectadas por el fuego, etc.
Hoy, la hiperconectividad y los nuevos desarrollos tecnológicos están planteando enormes oportunidades en la lucha contra los incendios forestales. La hibridación entre el mundo “físico” y el “digital” permitirá una mejora de la coordinación de los medios de extinción con la ciudadanía, y combatir tanto el fuego como a aquéllos que lo provocan, de una forma inteligente.
En esta línea trabaja Telefónica, no solo como operador global de comunicaciones y servicios, sino como un integrador de sistemas de emergencia: sanitarias, salvamento, protección civil, seguridad ciudadana, incendios forestales, etc.
Ante todo, un problema socieconómico
Pero para combatir cualquier problema siempre hay que ir al origen del mismo. Desde sus inicios, el Servicio de Defensa de los Montes contra los Incendios mantuvo una estrecha relación con el US Forest Service, y compartieron experiencias y conocimientos. Expertos españoles llegaron a participar como profesores en los cursos para técnicos hispanoamericanos organizados en Estados Unidos y, uno de los mayores expertos de EE.UU., Ben Lyon, identificó en 1978 los principales factores de riesgo para los incendios forestales en España:
- El intenso uso del monte para fines recreativos.
- La debilidad en la aplicación de la legislación forestal por las autoridades civiles.
- El desinterés del público en cuanto a la necesidad de conservación.
- Las condiciones climáticas y de combustible que facilitan la ignición.
Los tres primeros están íntimamente relacionados con factores socioeconómicos. En esta línea no es nada desacertada la siguiente afirmación del que fuera durante todos estos últimos años el más reputado experto en incendios forestales en España, Ricardo Vélez, jefe del Área de Incendios Forestales del Ministerio: “los incendios forestales no se constituyen como un fenómeno autónomo, sino derivado de las condiciones socioeconómicas de cada momento”. Y lo ilustró con ejemplos como éste: “en 1808, cuando la invasión napoleónica, el levantamiento popular produjo algunos sucesos lamentables en la reacción contra los afrancesados. En Galicia, la fábrica de Sargadelos fue cerrada. Su promotor, el ilustrado Ibáñez, arrastrado por las calles; y el pinar plantado para alimentar de combustible a la fábrica, incendiado. Los que realizaron este acto vandálico evidentemente no era la primera vez que quemaban”.
En diciembre de 2015 en la cornisa cantábrica: en solo dos semanas ardieron más de 27.000 hectáreas en cerca de 1.300 incendios (el 27 por ciento del total nacional anual), casi todos ellos provocados por el hombre e intereses socioeconómicos. Provocó una gran polémica en la opinión pública porque se permitió el aprovechamiento de los pastos en montes incendiados. Desde el ámbito político se decía que “nadie va a atentar contra el medio en el que vive y se crió”. Por el contrario, los técnicos y expertos hablaban de error grave al contravenir un principio fundamental de la lucha contra incendios forestales: “Nadie ha de percibir beneficios por un incendio”.
La realidad es que un 80 por ciento de los incendios forestales ha sido provocado por la mano del hombre mientras solo un 4 por ciento es atribuible a causas naturales, aspecto que revela la escasa conciencia de la población española sobre el valor ambiental, económico y social de nuestros montes, así como la importancia de su conservación. Y lo peor de todo es que el 37 por ciento del suelo en España está en riesgo de desertificación.
Hoy la situación es más crítica que en años anteriores: en 2017 ya se ha calcinado una superficie cinco veces mayor que en 2016, y los grandes incendios (más de 500 hectáreas) se han duplicado con respecto a la media de la última década.
Respecto a la concienciación, en 1957 comienzan las primeras campañas en los medios de comunicación, la más importante, fue la de 1962 en TVE bajo el eslogan: “Cuando un monte se quema, algo tuyo se quema”. ¿Qué ha sido de este tipo de campañas? Hoy apenas se hacen y la información que llega al ciudadano es prácticamente inexistente.
Por eso, ahora más que nunca, las TIC, a través de herramientas de participación ciudadana, comunicación en redes sociales y educación digital, deben jugar un papel crucial en materia de prevención.
Primeras campañas de comunicación en España
Para terminar quiero manifestar mi respeto y agradecimiento hacia aquellos compañeros forestales que históricamente han trabajado para preservar nuestro patrimonio natural, y recordar a aquellas personas que perdieron su vida o que han sufrido daños o secuelas en la lucha contra los incendios. Creo firmemente que la revolución digital permitirá continuar con éxito su labor.
Imagen y fuente de los gráficos: Alejandro Chinchilla
Fuente: http://aunclicdelastic.blogthinkbig.com/tic-incendios-forestales/